Integrado de mala manera entre un lote de pistas (que era lo que realmente compré por 10€, incluyendo dos mandos inalámbricos estropeados con su base) venía este Audi R10 de Scalextric, época Tecnitoys, que me nombraron como que en el lote "va un coche pero está hecho polvo".
Cuando llegó a mis manos vi que, efectivamente, nuevo a estrenar no estaba, pero tampoco venía para tirar. Al menos en un primer vistazo se observaban unos espejos que habían aguantado como jabatos las embestidas y salidas de pista que suelen sufrir estos coches en manos de primerizos.
Sin abrirlo ni perder mucho tiempo en él comprobé con una pila de 9V que el motor aún funcionaba, un poco a trompicones porque seguro que está muy sucio, pero presentaba señales de vida que dejaban hueco a soñar con su vuelta a las pistas.
Mirándolo de frente vemos que el coche conserva los dos faros delanteros, que aunque no tiene luces, siempre queda más estético que no haya perdido los plásticos que simulan los faros. Como dije antes, también conserva los dos espejos, aunque con alguna falta de pintura que da a entender que estuvieron a punto de estallar.
Lo que no ha llegado a nuestros días es el alerón. Ni rastro de él como parte del lote. Por supuesto tampoco trae las antenas, sería demasiado pedir que conservase una de los primeros accesorios que vuelan en este tipo de coches.
En cuanto a chasis y neumáticos, el coche está perfecto, sin roturas ni pequeñas grietas en las gomas. De hecho, este coche con un cambio de trencillas ya podría rodar. Total, para vitrina no está y disfrutar de él puede ser una buena opción. Ya lo iremos viendo en el futuro.
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